El representante de los empresarios en el Directorio del BPS, José Pereyra, se reunió en Melo con diversos representantes del comercio y la industria del departamento. Durante los encuentros, Pereyra abordó temas cruciales como el costo de las certificaciones médicas y los aportes por permisos de obra.
Pereyra subrayó la importancia del tema de las certificaciones médicas, destacando que se trata de un asunto que el gobierno ha tratado con seriedad en el Directorio del BPS antes de su discusión parlamentaria. “El tema de las certificaciones médicas, un tema que asume el gobierno, ha sido discutido con nosotros, y agradecemos esta voluntad de tratar un problema que no solo afecta a las empresas uruguayas, sino también al trabajador, al buen médico y al propio organismo“, afirmó Pereyra.
Mencionó además que antes de la reforma, se hablaba de un costo de 600 millones, de los cuales hoy 230 millones están relacionados con las certificaciones médicas. Criticó el abuso de estas certificaciones, que considera una práctica contraria a las buenas prácticas laborales y empresariales. Aunque el proyecto de reforma está en marcha, Pereyra señaló que aún presenta varios puntos que deben ser mejorados. “Nosotros creemos que le faltan muchos puntos y que hay algunos errores conceptuales. Apoyamos el proyecto esperando estar equivocados nosotros y no el gobierno, pero los números y resultados actuales indican que teníamos razón y que aún falta mucho por hacer“, explicó.
Otro tema de discusión es el relacionado con el costo de la construcción y los aportes requeridos por el BPS. Pereyra destacó que los costos adicionales impuestos por el BPS representan una carga significativa para los propietarios que desean realizar obras de mantenimiento en sus propiedades. “Uno va a pintar la casa o a hacer reparaciones y se encuentra con que tiene que pagar dos veces, una para generar la obra y otra al propio organismo“, comentó Pereira, señalando que este es un tema en el que están lejos de llegar a una solución debido a la falta de consenso en el sistema y entre las gremiales empresariales.
También expresó su preocupación por el deterioro visible en las ciudades, especialmente en sus fachadas, que afecta la imagen del país. “Recorriendo Melo y el país, vemos un país deteriorado, donde la fachada de las casas y la presentación de las ciudades, incluso aquellas emblemáticas desde el punto de vista turístico, muestran signos de abandono. Los dueños de grandes hoteles nos dicen que deberían pintar las fachadas cada cinco años, pero lo hacen cada diez, y esto afecta la imagen del país”, concluyó Pereyra, subrayando el impacto del costo del Estado en la calidad de vida de los uruguayos.