Por Gustavo Guarino.
Impresionante, a quienes vivimos esa época nos retrotrae a la incertidumbre de 1975 y años posteriores. Cuánto sufrimiento nos tocaba vivir ante las noticias de los compañeros que caían casi que día tras día, parecía el final irreversible de nuestra utopía. Los militares y sus socios civiles eran todopoderosos, quedaba el aliento de los compañeros más aguerridos y las noticias de cómo resistían en las cárceles nuestros camaradas. También las tristes y tenebrosas noticias de los que desaparecían y nada se sabía por semanas, por meses, por años como Eduardo Bleier. Por eso este homenaje del pueblo Uruguayo del día de hoy es el triunfo de la inteligencia, de la lucha, de la tenaz militancia y de la vida contra la barbarie, más en estos momentos cruciales para nuestro pueblo y para América Latina. Es la Universidad, la misma que en 1968 sirvió para velar al primer mártir estudiantil Liber Arce, en el mismo lugar hoy acoge nuevamente al pueblo Uruguayo, es testigo y parte de la mejor historia del Uruguay moderno. Gloria a los luchadores como Eduardo Bleier.