LA PRESENCIA DEL MAESTRO COMUNITARIO EN RINCONES INVISIBLES

La inspectora referente de Programa de Maestros Comunitarios del departamento de Cerro Largo maestra Alicia González realiza la siguiente  reflexión en torno al mencionado programa y su importancia en la situación actual del país: “en algunas oportunidades los docentes sienten un cierto abandono de las familias en los procesos educativos de sus hijos; es por eso y por la complejidad de nuestro tiempo que resulta imposible educar sin la complicidad de la familia. Se necesita trabajar en forma coordinada y conjunta para que exista una continuidad en los dos contextos; perseguir un mismo fin, pero ¿qué pasa cuando el vínculo familia-escuela se fractura, desaparece, es invisible a los ojos en especial de la Escuela? Es cuando la figura del docente crece, toma iniciativas cargándose en sus hombros el enorme desafío de pensar que desde lo Comunitario encontrará la interacción necesaria para lograr que el niño continúe con una presencia cercana, porque lo que importa es el hecho de conectarlo con su proceso educativo.

En este momento que vive nuestro país, toda la educación se vio sacudida por la situación, la figura del docente tiene más importancia pero las actividades de los Maestros Comunitarios a partir de abril comienzan teniendo el doble desafío; cómo conectarse con aquel alumno que a la distancia permanece alejado y cómo hacer que su presencia sea esperable para poder cumplir sus procesos. Las diferencias sociales y educativas si bien se profundizan en algunos sectores de la sociedad, es aquí en donde el incansable esfuerzo, despliegue de estrategias y diálogo constante con distintas organizaciones cobra mayor importancia en los Maestros Comunitarios, que desde la comunidad educativa, conformada por los docentes de clase, profesores, equipos de dirección trabajan en forma integrada desde lo presencial y a distancia”.

Por su parte Alejandra Dotta, maestra comunitaria de la escuela N° 75 de la ciudad de Melo, expresó: “¿qué podía yo hacer desde mi lugar? ayudar, continentar, escuchar, buscar soluciones que no se podían dilatar en el tiempo que tenían que ser “ya”, tender lazos, abrir puertas, solicitar ayuda a un MIDES que jamás negó su colaboración a pesar del aislamiento social, recurrir a las asistentes sociales de Escuelas Disfrutables, gestionar canastas para que a nadie le faltara el alimento, asesorar sobre comedores de la Intendencia…Traer a niños a la escuela que ya no estaban en contacto con ella, acercándolos a sus maestras…”

Viviana Pimentel, maestra comunitaria de la escuela N° 11 de la ciudad de Melo, con 10 años de experiencia en el rol, hace referencia a las grandes satisfacciones que ha obtenido a los largo de estos años “Nosotros con nuestro granito de arena estamos apoyando desde donde podemos y haciendo mucho esfuerzo para acompañar a estos niños, a estas familias”

La maestra Noelia Rivero  enfatiza en lo siguiente: las maestras comunitarias trabajamos y trabajaremos siempre en la búsqueda de la permanente comunicación entre la institución educativa y la comunidad, estamos para lo que necesiten. Si no está a nuestro alcance buscaremos y extenderemos las redes pertinentes para tratar de solucionarlo, trataremos de construir modelos alternativos que permitan garantizar la educación como derecho.”

En esta búsqueda los maestros comunitarios han desarrollado múltiples  estrategias una de ellas es la reactivación de una página radial “Espacio de maestros comunitarios” en la que tiene lugar la participación de docentes, familias y niños, en la emisora La Elegida en el programa “Mi ciudad”. Finalmente, como lo expresa Blanca Muraña, maestra directora de la escuela 138 de Río Branco: los maestros comunitarios desde su rol contribuyen a un proceso extramuros y de acercamiento con las familias”.