“Nada volverá a ser como antes una vez superada la crisis del coronavirus”. La frase se repite como un mantra estos días pero, ¿y si cuando termine todo, cuando acabemos con la pandemia, nada cambia y el individualismo vuelve a prevalecer sobre las actitudes solidarias, sobre el sentimiento de comunidad? (www.rtve.es)
Ahora que la pandemia nos ha impuesto un largo periodo de introspección, nos empieza a preocupar por fin la deshumanización de nuestras sociedades.
Se adoptan posturas distintas ante el mundo que nos va a dejar la COVID-19, y nuevamente se plantea la disyuntiva entre optimistas y pesimistas, apocalípticos e integrados.
Están quienes destacan los valores de empatía y solidaridad que han emanado tras esta emergencia sanitaria, donde nos quedamos en casa para cuidar a nuestros mayores, pero también están los otros que entienden que estas muestras de solidaridad suelen ser muy fugaces y no cristalizan de cara al futuro.
En definitiva, no existen certezas de cómo será el mundo post pandemia, pero sin dudas se debe evitar a toda costa intentar reconstruirlo tal cual era, sobre todo porque la lógica sistémica del orden previo ha sido de los grandes hacedores del desastre. El mundo no debe ser reconstruido, sino rediseñado; más coherente y que ponga a la vida en el centro de la toma de decisiones. (cepei.org)