Un padre denuncia el acoso y las agresiones que sufre su hijo en la Escuela Agraria de Melo

“No se necesita tener rayos X en los ojos para ver que algo no está bien”
Superman, (Invisible – Eloy Moreno)

Gonzalo Pérez, padre de Lucas, un estudiante de 13 años de la Escuela Agraria de Melo, decidió alzar su voz y denunciar públicamente las agresiones que su hijo ha sufrido por parte de un compañero. La situación, que ha escalado en los últimos días, ha llevado a la familia a presentar una denuncia policial, que incluye amenazas del agresor y de su padre no solo contra Lucas, sino también contra su madre y la directora de la institución educativa.

Pérez explicó que los problemas comenzaron hace semanas, cuando el niño que acosaba a su hijo fue suspendido por un episodio violento: “Lo ahorcó hasta desmayarlo y le afectó la garganta. Estuvo varios días con la voz afectada”, relató Gonzalo. Sin embargo, al regresar a clases, el agresor continuó con su comportamiento, esta vez con más rabia. “El lunes le pegó, el martes también, y el miércoles lo arrastró por una cuneta”, detalló el padre, visiblemente afectado.

Amenazas y miedo constante

La situación empeoró cuando el padre del agresor llamó por teléfono para amenazar a Lucas. “Lo llamó de noche, lo amenazó, y varios compañeros escucharon. Mi hijo está con un miedo tremendo”, relató Gonzalo. Al día siguiente, el agresor volvió a golpear a Lucas, esta vez dejándolo inconsciente tras una serie de golpes en la nuca. “Lucas llamó a su madre desde la dirección para denunciar lo que pasaba, y este chico, al escucharlo, lo esperó solo y le pegó una trompada en la nuca. Lo hizo perder el conocimiento“, explicó Gonzalo, quien también expresó su preocupación por la falta de acción inmediata en el lugar.

El impacto en Lucas y la familia

El impacto en Lucas ha sido devastador. Gonzalo describió cómo su hijo ha cambiado en las últimas semanas: “Volvió a casa deprimido, angustiado. Él es un chico bromista, siempre alegre, pero ahora está irreconocible“. La situación ha afectado tanto a Lucas que, según su padre, el joven ha decidido no volver más a la escuela bajo ninguna circunstancia.

“Yo no quiero esta vida para mi hijo”, expresó con desesperación Gonzalo, quien ha trabajado como alambrador durante 22 años y tiene claro que desea un futuro diferente para Lucas. “Lo crio desde que tiene tres años, soy su padrastro, pero para mí es mi hijo. Yo quiero que estudie, que tenga un mejor futuro, no que termine como yo, pasando trabajo en el campo”, señaló.

La escuela y las medidas adoptadas

Pese a los múltiples episodios, Gonzalo reconoce que la dirección de la Escuela Agraria ha tomado cartas en el asunto, aunque considera que el protocolo es insuficiente. “El chico ya fue suspendido, pero volvió a las clases y siguió con lo mismo. Sé que lo están mandando al psicólogo, pero ¿cuánto más tiene que sufrir mi hijo hasta que se tomen medidas más firmes?”, se preguntó.

Lucas no quiere volver a la escuela, y su familia está buscando soluciones. La denuncia ya está en manos de las autoridades, pero el temor sigue presente. Gonzalo terminó con un mensaje claro: “No podemos vivir con miedo en un lugar como Cerro Largo, donde supuestamente todo está en orden. Esto no puede seguir así”.