La comunidad de Lago Merín se mantiene en alerta debido a la crecida de la laguna, exacerbada por fuertes vientos, lo que ha obligado a varias familias a abandonar sus hogares, aumentando el número de desplazados en el balneario.
Solymar Rodríguez, vecino y empresario local, relató: “Nosotros hace quince días habíamos levantado todo el material de las habitaciones, pero permanecíamos en el local. Pasamos al segundo piso todas las cosas y en el salón levantamos las máquinas. Por suerte, no entró agua al salón, y espero que comience a bajar si no llueve más”.
El viento del sur ha intensificado el problema, creando olas que entran al balneario y mantienen el agua acumulada. Aunque el viento ha cesado temporalmente, permitiendo una leve disminución del nivel del agua, la preocupación persiste.
Rodríguez recordó otras crecidas significativas en las últimas décadas: “La más grande fue en 1984, aunque no estábamos aquí entonces. Estamos aquí desde 1987. Otra gran crecida fue en el añ○o 2002, después de la crisis de la aftosa. Llovió sin parar tanto en Brasil como acá. Salimos en abril y recién en noviembre bajaron las aguas. Fue brutal, y espero que esto no llegue a esos extremos”.
Además, Rodríguez expresó su preocupación sobre la intervención humana que ha agravado la situación: “Cuando se hicieron las canchas de fútbol frente a casa, se rebajó el médano, nuestra protección natural. Ahora el agua entra al balneario con las olas del viento del este. Hablé con el alcalde de Río Branco y con el intendente José para ver si pueden hacer un pequeño médano con una máquina para protegernos”.
Hasta el momento, no ha habido una respuesta efectiva de las autoridades. El alcalde dijo que había visto la situación, pero no se ha enviado ninguna maquinaria. El intendente mencionó que hablaría con Marcos López para evaluar la situación, pero no ha habido ninguna actividad concreta.
La comunidad de Lago Merín sigue esperando acciones para mitigar el impacto de la crecida y proteger sus hogares.