DIÁLOGOS PANDÉMICOS
En los últimos días distintos legisladores hemos intentado buscar algún tipo de acercamiento entre “oficialismo” y “oposición”.
Básicamente, pretendíamos retomar el camino del diálogo civilizado, evitando las poco conducentes adjetivaciones al pensamiento del otro, la descalificación sin escuchar argumentos, la presunción de culpabilidad sin analizar los hechos, quitando de en medio ciertos prejuicios muy propios de nuestra actividad.
Más allá de no haber logrado dar el puntillazo final, debo señalar que se registraron avances significativos. Estoy convencido que debemos continuar la búsqueda de un cierto acuerdo sobre unas bases mínimas que detallo a continuación.
La gestión parlamentaria es central en la vida democrática, es en ese edificio histórico del Palacio Legislativo en donde debemos desarrollar nuestra actividad con mucha pasión e igual sentido de la oportunidad, dando cuenta de la delicada situación que atraviesa el mundo entero tras la emergencia sanitaria que se vive.
Comunicar adecuadamente en los tiempos que se viven resulta especialmente importante. Es por eso que pretendemos ser muy cuidadosos en los mensajes a la población, tanto para nuestros seguidores como para aquellos que no nos votaron ni piensan hacerlo.
En ese sentido, tratamos de hacer un llamado a extremar el cuidado en el manejo de las redes sociales. A veces, pensar en el acotado espacio del Twitter nos puede llevar a confusiones que poco ayudan al entendimiento que se precisa para sacar al país del gran problema en que está inmerso.
La batalla por la opinión pública es central en la vida política democrática. Sin embargo, hoy es tiempo de hallar soluciones ante la pandemia. Para eso, es mejor que todas las ideas se puedan volcar para contribuir a salir de la mejor manera ante este enemigo invisible. Enemigo que no distingue, razas, clases sociales, credos o simpatías políticas.
También creemos que es momento de acercar posiciones entre la colectividad médica y el sistema político. Los profesionales de la salud juegan un rol preponderante en esta salida y el sistema político por supuesto que también. Ayudar al mejor entendimiento nos permite alentar mejores soluciones.
La pandemia no se limita al espacio de la salud. Tiene consecuencias que atraviesan a la sociedad toda y su economía está siendo golpeada severamente. Es por eso que creemos pertinente sentarnos a conversar con las representaciones de sectores empresariales y de trabajadores, a efectos de analizar los impactos que van sufriendo las distintas ramas de actividad. No todas golpeadas de la misma manera, aunque a la larga, nadie se verá beneficiado de este desastre mundial.
Hay en nuestro país experiencia acumulada de búsqueda de entendimientos en situaciones críticas a lo largo de la historia.
La gesta del Obelisco, los esfuerzos de la CONAPRO, distintos capítulos de Diálogo Nacional, la Concertación para el Crecimiento, son ejemplo vivo de la historia reciente, en donde gente de diversos sectores logró sentarse a conversar para encontrar alternativas en momentos críticos.
Si no ando mal rumbeado, cuando me encuentro con vecinos en mis pagos, la preocupación es generalizada. Y el reclamo de que nos juntemos para la búsqueda de soluciones también.
Supongo que eso está pasando por todos lados y no solo en mi querido Cerro Largo.
