La empresa estatal UTE decidió desde el pasado 4 de febrero la importación de energía eléctrica proveniente de Brasil, buscando así reducir a la mitad los costos de una producción de energía hidráulica que se han visto afectados por causa de las escasas lluvias que han ocasionado la emergencia agropecuaria por déficit hídrico. Desde la compañía estiman un ahorro cercano a los 800.000 dólares diarios.
De haber disponibilidad, el costo de adquirir energía eléctrica brasileña es más barato a comparación de los costos productivos de las centrales nacionales. Así, se concretó la compra de potencia plana por casi 500 megavatios —la capacidad conversora de Melo (Cerro Largo)—, a un precio de casi 58 dólares por megavatio-hora.
La presidenta de UTE, Silvia Emaldi, comentó ante la prensa que con esta compra “queda garantizado el suministro” en zonas puntuales del país, en donde la demanda interanual fue un 5% más alta en enero, frente al mismo mes del año pasado. Además, descartó un aumento en las tarifas.